DIEZ CONVICCIONES SOBRE lA IGUALDAD DE GÉNERO

Mis puntos de partida

  • ¿Alguna vez te han hecho dudar respecto de las motivaciones y trascendencia de tus proyectos? A mí sí.

En el 2020, cuando inicié “Un Lugar Para Todas”, lo hice convencida de que había encontrado, por fin, el eje temático del que se desprendería, a partir de entonces, cada esfuerzo -pequeño o grande- de mi actividad; pero no fue solo eso: estaba feliz porque sentía haber dado con el hilo conductor para todas las esferas de mi vida, especialmente en aquel tiempo en que atravesaba un lapso de sinsentidos profesionales, pues me cuestionaba mucho si lo que hacía me entregaba la oportunidad de contribuir al cambio social.

Junto a dos amigas que aceptaron compartir su talento, su apoyo y respaldo, llegué al día del primer evento organizado desde “Un Lugar Para Todas”, un conversatorio que abordaría la violencia doméstica en tiempos de COVID-19 (estábamos en abril del 2020 y, debo decir, este era el tema “de novedad”).

Desde lo profundo de mi corazón reconozco que estaba feliz porque apreciaba el objetivo cumplido. Pero esa sensación resultó efímera: hubo alguien que aquella misma noche, en una llamada telefónica, me hizo saber que, para ella, el espacio virtual generado, había estado hecho a modo y que no había aportado mayor valor. 

¿Se imaginan en qué condiciones terminé aquella conversación? Estoy segura de que no, pero ahora se los cuento: 

Me sentí LA PEOR. Cuestioné mis motivaciones para impulsar “Un Lugar Para Todas”, me descubrí dudando de si mis intenciones estaban bien fundamentadas, me recriminé hasta el cansancio por no haber encontrado, incluso debajo de las piedras, los temas más disruptivos, rompedores y progresistas en materia de Género en todo el universo, decidí que no estaba facultada para hablar de ello porque no contaba con títulos y más títulos, me culpé por no ostentar un récord de sufrimientos y vivencias de violencia y aún así, querer trabajar sobre igualdad entre mujeres y hombres; también me descubrí lamentándome de ser tan joven y una simple humana  y entonces detuve el andar casi dos meses.

Entonces decidí salir de México para estudiar “en el extranjero” y “lo suficiente”, aspirando así a ver validadas tanto mis intenciones como mis iniciativas.

Y después de un proceso de meses de formación que por momentos me hizo dudar hasta de mis apellidos y que, además, me llevó a sentir culpa por no centrar mi agenda en los temas más -pero los más- disruptivos en torno a la Igualdad de Género (básicamente algo de lo mismo que había experimentado ya el año previo), decidí  que era tiempo de volver, para hacer lo que más me gusta, que es COMPARTIR, siempre en dos vías: brindando y recibiendo.

Por eso estoy aquí y quiero poner sobre la mesa algunas ideas que he hecho mías, diez convicciones sobre la Igualdad de Género, después de dudar, descalificarme y -casi- autocancelarme.

  1. Queda mucho por hacer. 
  2. No tengo que abarcarlo todo.
  3. Hay muchos espacios desde los que puedo contribuir.
  4. Mis esfuerzos, mi lucha y mi trabajo son válidos y legítimos.
  5. Lo que para mí puede parecer sabido, sencillo y de conocimiento general, al menos una persona de mi círculo próximo puede no haberlo escuchado jamás y, por lo tanto, desconocerlo.
  6. Hay que llevar la Igualdad de Género “everywhere” y hacerla accesible. 
  7. Hay que trabajar en todo tiempo y en todo lugar.
  8. Hay agendas, fuerzas moldeadoras y voces mediadoras de lo que llamamos “realidad”.
  9. Si nos organizamos, lo logramos todo.
  10. Decido posicionarme desde el diálogo, el respeto y la renuncia a la necesidad de ser “la más”. 

¿Conectas con alguna? ¿Te dicen algo? ¿Qué has vivido y aprendido tú?

Serena y segura, iré compartiendo.

¡Nos encontramos pronto!

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