EN LA IGUALDAD DE GÉNERO QUEDA MUCHO POR HACER
- Convicción No. 1: Queda mucho por hacer
Aunque suene a cliché, hablando de Igualdad de Género, considero que esta frase está vigente. Así lo comprobé en noviembre de 2021, durante un viaje que realicé a Viena, la capital de Austria, uno de los 20 mejores países del mundo para vivir (de acuerdo con distintos rankings públicos de Internet).
Recuerdo que durante mi primera noche ahí, andando de paseo con mi amiga Madeleine (originaria de Viena), platicamos “de todo un poco”, enfatizando el trabajo y las relaciones interpersonales. No puedo describir la ¿sorpresa? o ¿decepción? que me invadieron cuando, en aquellos relatos, descubrí que lo que ella experimentaba se parecía mucho a lo que mis amigas y yo (y otras muchas mujeres jóvenes de mi país, México) vivimos o hemos vivido: tratos y exigencias distintas en nuestros ambientes laborales, acoso, remuneración-sueldos más bajos, relaciones de pareja marcadas por la descalificación, críticas a su apariencia física y su feminidad…
La semejanza en las realidades descritas me generó “corto circuito”: no daba crédito a sus palabras. ¿Cómo era posible que, en uno de los países más seguros para las mujeres, existieran aún esas distancias -aparentemente tan básicas- respecto de los hombres? Y es justamente con esto quiero empezar a tejer.
Cuando digo que “en la Igualdad de Género, queda mucho por hacer”, me refiero a que:
a) A pesar de tratarse de uno de esos temas que dan la impresión de estar “en todos lados”, “en boca de todas y todos”; b) aunque actualmente existen países cuyas leyes la consideran y garantizan; c) aunque cada día en más espacios se habla con la “e” (ejemplo: chicas, chicos, chiques) y d) aunque a diario aparecen personalidades públicas y líderes de opinión pronunciándose a favor de ella, sigue siendo un tema difuso y exclusivo que está lejos de consolidarse en la vida cotidiana.
Te propongo un ejercicio:
¿Qué pasaría si, en una reunión familiar preguntas a mujeres y hombres, sin importar su edad y la actividad a la que se dediquen, si saben qué es la Igualdad de Género y cómo la definen. Yo lo hice y las respuestas me sorprendieron: más de la mitad de personas me confiaron no tener claro de qué iba. Eso me llevó a cuestionarme y a comprometerme. A cuestionarme respecto de si, fuera de Redes Sociales, espacios juveniles, entornos escolares y conversaciones entre gente que ha estudiado sobre la materia, se estará recibiendo el mensaje. Y a comprometerme a trabajar por cambiar esta lógica, orientando mis esfuerzos a llevar la igualdad hasta cada persona, en cada espacio.
Y si para este momento te estás preguntando qué puedes hacer tú en lo individual: ¡felicidades y gracias! Ha valido la pena este mensaje. Aquí tienes seis propuestas concretas y a tu alcance:
- Comparte sobre Igualdad de Género.
- Continúa formándote.
- Infórmate siempre.
- Recuerda que “allá afuera” es mayor la cantidad de gente que desconoce sobre el tema que la que está familiarizada con él.
- Reflexiona respecto de ti, tus espacios y tus relaciones. ¿Identificas algo que habría de ser diferente? Modifícalo.
- Despierta el interés sobre el tema en tu espacio de convivencia (escuela, empresa, oficina de gobierno, ONG, medio de comunicación) y propón alguna opción de capacitación en torno a este. Recuerda que desde el Centro de Formación para la Igualdad de Género podemos crear junto a ustedes.
¿Qué dices? ¿Te parecen viables?
Cerraré compartiéndote una confidencia: me hace bien pensar que contagio la esperanza de que, pese a ser un “gran tema”, no sólo el gobierno, las grandes empresas y la gente famosa pueden generar impacto. Créelo: cualquier persona puede contribuir de manera contundente; es esencial.
Nos vemos pronto, ¡abrazo fraterno!